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  • La Esencia de la Permacultura

David Holmgren

PRINCIPIOS DE DISEÑO

Los fundamentos científicos de los principios de diseño permacultural radican generalmente, dentro de la moderna ciencia ecológica y, más particularmente, dentro de la rama de la ecología llamada “ecología de sistemas”. Otras disciplinas intelectuales, como la geografía del paisaje y la etno-bitánica, han contribuido con conceptos que han sido adaptados a los principios de diseño.

Fundamentalmente los principios de diseño permacultural provienen del modo de percibir el mundo que a menudo se describe como “pensamiento sistémico” y “pensamiento del diseño”* (Ver principio 1: Observa e interactúa)

* Nota del traductor. El pensamiento de diseño o design thinking, es un proceso para la resolución práctica de problemas. A diferencia del pensamiento crítico, que es un proceso analítico asociado con la selección de ideas, el “pensamiento de diseño” es un proceso creativo basado en la acumulación constructiva de ideas. No hay juicios en el pensamiento de diseño, lo que elimina el temor al error y alienta la participación. Normalmente consta de varias etapas como definición, investigación, concepción de ideas, pruebas piloto, selección, ejecución y aprendizaje.

Otros ejemplos de sistemas y procesos de diseño racional inteligente incluyen:

The Whole Earth Review y su rama mejor conocida como The Whole Earth Catalog, editado por Stewart Brand, que publicó muchos sistemas y procesos de diseño inteligente como herramienta central en la revolución cultural a la que la permacultura contribuye.

Las ideas muy conocidas y aplicadas de Edward De Bono (7) entran en la amplia categoría de los pensamientos sistémicos y de diseño.

Así como la cibernética académica,(8) la teoría de sistemas ha sido una materia esotérica y difícil, asociada estrechamente al surgimiento de la computación, a las redes de telecomunicaciones y otras aplicaciones técnicas.

Aparte de la energética ecológica de Howard Odum, la influencia del pensamiento sistémico en mi desarrollo de la permacultura y sus principios de diseño no ha venido a través del estudio extensivo de la literatura, sino más bien de la absorción osmótica de ideas del éter cultural que descubrí en mis propias experiencias de diseño en permacultura.  Es más, creo que muchos de los conceptos abstractos del pensamiento sistémico tienen paralelos más fácilmente comprensibles en las historias y los mitos de las culturas indígenas, y en menor grado en el conocimiento de toda la gente aún conectada con la tierra y la naturaleza. Los principios de la permacultura, tanto éticos como de diseño, pueden observarse operando a nuestro alrededor. Yo argumento que su ausencia, o aparente contradicción con la cultura industrial moderna, no invalidan su relevancia universal en la transición a un futuro de baja energía.

Mientras que la consulta o uso del conjunto de herramientas, estrategias, técnicas y ejemplos son el modo en el que la mayor parte de la gente usa o se relaciona con la permacultura, todas ellas son específicas de la escala del sistema involucrado, del contexto cultural y ecológico, y del repertorio de habilidades y experiencias involucradas. Para que los principios proporcionen guía en la elección y el desarrollo de las aplicaciones más usuales, necesitan abarcar más conceptos generales de sistemas de diseño, siempre que vengan en un lenguaje accesible a la gente normal y resuenen con las fuentes más tradicionales de sabiduría y sentido común.

Organizo la diversidad del pensamiento permacultural en 12 principios de diseño. Mi conjunto de principios varía significativamente de los usados por la mayoría de otros profesores de permacultura. A menudo es simplemente cuestión de énfasis y organización, en algunos pocos casos puede indicar diferencias substanciales. No es sorprendente dado la naturaleza nueva y aún emergente de la permacultura.

El formato de cada principio es una declaración positiva de acción con un ícono asociado, que actúa como un recordatorio gráfico y codifica algún aspecto fundamental o ejemplo del principio. Asociado con cada principio viene un proverbio tradicional que enfatiza el aspecto negativo o cautelar del principio. Cada principio puede entenderse como una puerta al laberinto del pensamiento sistémico. Cada ejemplo usado para ilustrar un principio puede abarcar también a otros, así los principios son simplemente herramientas conceptuales para ayudarnos a identificar, diseñar y evolucionar soluciones de diseño

 

PRINCIPIO 1

Los buenos diseños dependen de una relación libre y armoniosa entre la naturaleza y las personas, en las que una observación cuidadosa y una interacción inteligente proporcionan la inspiración, el repertorio y los patrones del diseño. No es algo que se genere aisladamente, sino a través de interacciones continuas y recíprocas con el sujeto. La permacultura usa esas condiciones, continúa y conscientemente, para desarrollar sistemas de vida y manejo de la tierra que puedan sustentar a la gente en la era del descenso energético.

En las sociedades de cazadores-recolectores y en las sociedades agrícolas de baja densidad, el entorno natural proporcionaba todas las necesidades materiales, con un esfuerzo humano principalmente requerido para la cosecha. En las sociedades preindustriales con altas densidades de población, la productividad agrícola dependía de un largo y continuo aporte de trabajo humano.(9)

La sociedad industrial depende de un aporte de energía grande y continuo en forma de combustibles fósiles, para proporcionar sus alimentos y otros bienes y servicios. Los diseñadores de permacultura usan la observación cuidadosa y la interacción inteligente para hacer más efectivo el uso de las capacidades humanas y reducir la dependencia tanto de las energías no renovables como de la alta tecnología.

Dentro de las comunidades agrarias más conservadoras y afianzadas socialmente, la habilidad de algunos individuos de “distanciarse de”, observar e interpretar, tanto la manera moderna de utilizar la tierra como la tradicional, es una herramienta poderosa para desarrollar sistemas nuevos y más apropiados. Mientras el cambio total dentro de las comunidades siempre es más difícil por muchas razones, la presencia de modelos desarrollados localmente, con sus raíces en lo mejor del diseño ecológico moderno o tradicional, tiene más posibilidades de tener éxito que un sistema prediseñado introducido desde fuera. Es más, una diversidad de modelos locales puede generar naturalmente elementos innovadores con los que fertilizar innovaciones similares en otro lugar.

PRINCIPIO 1

Este principio se centra más en la generación de pensamiento independiente a largo plazo, incluso herético, para el diseño de soluciones nuevas, que en la adopción y replicación de las soluciones comprobadas. En el pasado la academia y la sociedad urbana han tolerado e incluso soportado tal pensamiento, mientras la cultura agraria tradicional lo suprimió implacablemente. En el caos de las etapas finales de la opulenta sociedad posmoderna, el sistema de autoridad del conocimiento está menos claro, y las oportunidades para un pensamiento independiente y más sistemático se extienden más difusamente a través de la jerarquía social y geográfica. En este contexto no podemos confiar en etiquetas ni en conductas como signos de autoridad y valor cuando evaluamos posibles soluciones de diseño. De esta manera, en cada nivel debemos confiar más y más en las habilidades de observación y en la interacción sensible para hallar el mejor camino.

El proverbio “La belleza esta en los ojos de quien la percibe” nos recuerda que el proceso de observación influye sobre la realidad, y que debemos ser siempre prudentes acerca de los valores y las verdades absolutas.

 

Principio 2. Captar y almacenar energía

‘Recoge el heno mientras brilla el sol’

Vivimos en un mundo de riqueza sin precedentes, resultado de emplear enormes cantidades de combustibles fósiles almacenados y creados por la tierra durante millones de años. Hemos usado parte de esa riqueza para incrementar nuestro aprovechamiento de recursos renovables de la Tierra hasta un grado no sostenible. La mayoría de los impactos adversos de esa sobreexplotación aparecerán como un declive en la disponibilidad de combustibles. En lenguaje financiero, hemos estado consumiendo nuestro capital global tan imprudentemente que podría ocasionar la bancarrota de cualquier negocio.

Necesitamos aprender cómo ahorrar y reinvertir la mayor parte de la riqueza que estamos consumiendo o despilfarrando en la actualidad, para que nuestros hijos y descendientes puedan tener una vida razonable. El fundamento ético de este principio difícilmente podría ser más claro. Desafortunadamente, las nociones convencionales de valor, capital, inversión, y riqueza no son útiles en esta tarea.

Conceptos inapropiados de riqueza nos han conducido a ignorar oportunidades de captar los flujos locales de formas de energía renovables y no renovables. Identificando y actuando en esas oportunidades podemos proporcionar la energía con la que podremos reconstruir capital, así como proveernos de un “ingreso” para nuestras necesidades inmediatas.

Las fuentes de energía incluyen:

El sol, el viento, los flujos de escorrentía.

Los recursos provenientes de residuos de las actividades agrícolas, industriales y comerciales.

Los almacenamientos más importantes de valor futuro incluyen:

Suelo fértil con un alto contenido de humus.

Sistemas de vegetación perenne, especialmente árboles.

Producción de alimentos, y otras fuentes usuales útiles.

Almacenamiento de agua.

Construcciones solares pasivas.

La restauración ecológica diseñada es una de las expresiones más comunes del pensamiento ambiental en los países ricos, y es un elemento válido de diseño permacultural cuando considera la gente como parte integrante de estos sistemas. Irónicamente, el abandono progresivo de cada vez más paisajes rurales marginales en muchos países ricos o en vías de desarrollo, debido a la caída del precio de las materias primas y su sustitución por sistemas intensivos en energía fósil y subsidiados, ha creado los “modernos desiertos de vida salvaje” a una escala mucho más grande que las restauraciones diseñadas ecológicamente. Este abandono tiene algunos efectos negativos, como el colapso de los sistemas de la gestión tradicional del agua y del control de la erosión, así como el incremento de los incendios arrasadores, pero en otros sitios ha permitido a la naturaleza reconstruir el capital biológico del suelo, los bosques y la vida silvestre sin ninguna inversión en recursos no renovables.

Mientras los modelos de bajo coste y de combustibles fósiles subsidiados para reconstruir el capital natural son expresiones importantes de este principio, también podemos pensar en la experiencia colectiva, el saber hacer, la tecnología y el software derivados de generaciones de abundancia industrial, como en un enorme almacén de riqueza que puede reorganizarse para crear nuevas formas de capital apropiado para el descenso energético.

Mucho del optimismo acerca de la sostenibilidad está relacionado con la aplicación de la tecnología y la innovación. Las estrategias permaculturales hacen uso de esas oportunidades mientras mantienen un escepticismo saludable basado en la premisa de que la innovación tecnológica es a menudo un caballo de Troya para recrear el problema bajo nuevas formas. Aparte de la necesidad de discriminar el uso de tecnología para construir nuevos recursos de capital, la innovación tecnológica es en si misma un almacén de riqueza que puede depreciarse progresivamente durante el descenso energético, aunque a un ritmo más lento que los recursos físicos y las infraestructuras.

 

Principio 3. Obtener un rendimiento

‘No puedes trabajar con el estómago vacío’

El proverbio “recoge el heno mientras brille el sol” nos recuerda que tenemos tiempo limitado para captar y almacenar energía antes que la abundancia estacional o episódica se disipe.

El principio anterior concentra nuestra atención en la necesidad de usar la riqueza existente para hacer inversiones a largo plazo en capital natural. Pero no tiene sentido intentar plantar un bosque para los nietos si no tenemos suficiente para comer hoy.

El principio nos recuerda que debemos diseñar cualquier sistema para proporcionar autosuficiencia a todos los niveles (incluidos nosotros mismos), para usar de modo efectivo la energía captada o almacenada(,) con el fin de mantener el sistema y captar más energía. En términos más generales, la flexibilidad y la creatividad en encontrar nuevos caminos para obtener un rendimiento será crítico en la transición del crecimiento al descenso energético.

Sin rendimientos inmediatos y verdaderamente útiles, sin cosechas útiles y prácticas, cualquier cosa que diseñemos y desarrollemos tenderá a marchitarse, mientras los elementos que hacen generar cosecha inmediata proliferarán. Tanto si lo atribuimos a la naturaleza, a las fuerzas del mercado o la avaricia humana, los sistemas más efectivos en la obtención de rendimiento - y que lo usan más efectivamente para satisfacer las necesidades de supervivencia -tienden a prevalecer por encima de otras alternativas.(10)

El rendimiento, el beneficio o los ingresos funcionan como una recompensa que anima el mantenimiento y/o replicación del sistema que generó los beneficios. En ese sentido, los sistemas exitosos se extienden. En el lenguaje de la teoría de sistemas a estas recompensas se les llama retroalimentación positiva, que amplifica la señal o el proceso original. Si somos serios acerca de las soluciones de diseño sostenible, debemos apuntar a recompensas que alienten el éxito, el crecimiento y la replicación de esas soluciones.

Mientras este camino puede resultar obvio para granjeros y empresarios, existe un patrón contracultural constante en el que la creciente opulencia produce una sustitución de los entornos más productivos y funcionales por entornos disfuncionales y cosméticos. La visión original de la permacultura promovida por Bill Mollison de paisajes urbanos llenos de alimentos y otras plantas útiles, más que de ornamentales, proporciona un antídoto a ese aspecto disfuncional de nuestra cultura. Incluso en los países más pobres, el propósito nunca revisado de la mayoría de proyectos de desarrollo es capacitar a la gente para escapar a la necesidad de mantener ambientes productivos y funcionales, para la participación plena en la economía monetaria, donde el “obtener un beneficio” llega a ser un proceso estrecho, limitado y destructivo, dictado por las fuerzas de la economía global. El modelo de éxito del nuevo rico, en el que lo funcional y práctico se destierra, necesita ser reemplazado por el reconocimiento honesto de las fuentes de opulencia y las medidas reales de éxito. Generaciones de la cultura del sueldo y el salario en los países más desarrollados, bajo modelos capitalistas o socialistas, han llevado a una extraordinaria dislocación entre las actividades productivas y las fuentes de su sustento. Para ayudar a las clases medias urbanas australianas a hacer frente al reto de un estilo de vida rural más autosuficiente, he explicado que es como llegar a ser empresario.

Uno de los efectos fortuitos que ha tenido el “racionalismo económico” sumamente disfuncional y cínico de las recientes décadas, ha sido un renacimiento parcial de la conciencia sobre la necesidad de diseñar todos los sistemas para ser productivos en algún modo.

 

Principio 4

APLICAR LA AUTORREGULACIÓN Y ACEPTAR LA RETROALIMENTACIÓN

 ‘las acciones de los padres afectan a los hijos hasta la séptima generación’

 Este principio se ocupa de los aspectos auto-reguladores del diseño permacultural que limitan o desaniman el comportamiento y el crecimiento inapropiados. Con una mejor comprensión de cómo las retroalimentaciones positivas o negativas funcionan en la naturaleza, podemos diseñar sistemas que sean más auto-regulados, lo que reduce el trabajo duro y repetitivo necesario en su gestión y manejo correctivo.

La retroalimentación (11) es un concepto sistémico que se usa comúnmente en ingeniería electrónica. El principio 3: Obtén un beneficio, describe la retro-alimentación de la energía que proviene de los almacenes para obtener más energía, como un ejemplo de retro­alimentación positiva. Esto puede interpretarse como un acelerador que empuja el sistema hacia la energía disponible libremente. De manera similar, la retroalimentación negativa es como el freno que previene que el sistema caiga en trampas de escasez o inestabilidad por el despilfarro o el uso excesivo de energía.

Los sistemas que se mantienen y se regulan por sí mismos, pueden considerarse como el santo grial de la permacultura: un ideal que nos esforzamos por alcanzar y quizás nunca lograremos realizar completamente. Gran parte de ese ideal se lleva a cabo con la aplicación de los principios de diseño Integración y Diversidad (8 y 10), pero también se obtiene haciendo que cada elemento dentro de un sistema sea tan autosuficiente como energéticamente eficiente. Un sistema compuesto de elementos autónomos es más robusto y resistente a las perturbaciones. Usar variedades de cultivos y razas de ganado resistente, semi-silvestre y auto-reproductivas, en vez de las más dependientes y específicamente seleccionadas para la producción, es una estrategia permacultural clásica que ejemplifica este principio. A una escala mayor, la autonomía de los granjeros fue una vez reconocida como la base de un país fuerte e independiente. La economía globalizada de hoy conlleva una mayor inestabilidad con sus efectos cascada que repercuten por todo el mundo. Al reconstruir la autonomía, tanto a nivel de los elementos como del sistema, se incrementa la flexibilidad al cambio. En el mundo del descenso energético, la autosuficiencia será más valorada como capacidad para enfrentar la disminución elevada y continua de recursos y la reducción de las economías especializadas y de escala.

Los organismos y los individuos también se adaptan a la retroalimentación negativa de los sistemas naturales y comunales a gran escala desarrollando la autorregulación para prevenir y evitar las consecuencias severas de las retro-alimentaciones negativas externas. Los canguros y otros marsupiales abortan el desarrollo de sus embriones si las condiciones de la estación resultan desfavorables. Ello reduce el posterior estrés en su población y en el medio ambiente. Las sociedades tradicionales han reconocido que los efectos de los controles de la retroalimentación negativa externa son, a menudo, lentos en surgir. La gente necesita explicaciones y advertencias, como “las acciones de los padres afectan a los hijos hasta la séptima generación” y las leyes del karma que operan en un mundo de almas reencarnadas.

En la sociedad moderna, otorgamos un enorme grado de dependencia a sistemas de gran escala, a menudo remotos, para satisfacer nuestras necesidades, mientras esperamos un grado de libertad enorme en lo que hacemos, sin control externo. De algún modo la sociedad entera es como el adolescente que quiere tenerlo todo, tenerlo ahora y sin atenerse a las consecuencias. Incluso en las comunidades más tradicionales, los viejos controles y tabúes han perdido mucho de su poder, o no son tan ecológicamente funcionales debido a los cambios en el medio ambiente, en la densidad de población y en la tecnología.

Uno de los retos del ambientalismo es el desarrollo de culturas y comportamientos más sensibles a las señales de retroalimentación de la naturaleza para prevenir la sobreexplotación. Las retroalimentaciones negativas deben estar bien definidas y ser suficientemente fuertes para traer el cambio correctivo, pero no tanto como para dañar el desarrollo del sistema. Por ejemplo la recolección de agua de lluvia y su uso en la casa trae a la conciencia los límites de ambas: la recolección y la calidad. Si el tiro de una estufa de leña produce un sabor a humo en el agua, esta retroalimentación negativa anima la acción correctiva. El propósito común de diseñar sistemas sostenibles con cero riesgos en las retroalimentaciones negativas es como intentar criar a los niños sin exponerlos a accidentes y riesgos inmunológicos, lo que los conducirá a mayores riesgos en el futuro. Claramente la aceptación abierta de riesgos de la retroalimentación negativa debe ser constreñida por los principios éticos y aplicada principalmente a nosotros mismos, nuestras familias y comunidades (en ese orden), más que externalizadas como en las economías industriales típicas de gran escala.

La hipótesis Gaia (12), que sostiene que la tierra es un sistema autorregulado, análogo a un organismo vivo, hace de la Tierra entera una imagen apropiada para representar este principio. La evidencia científica de la notable homeostasis de la Tierra desde hace cientos de millones de años destaca a nuestro planeta como el arquetípico sistema autorregulado completo que ha estimulado la evolución, y abriga y nutre la continuidad de sus formas de vida y de sus subsistemas constituyentes.

 

Principio 5

USAR Y VALORAR LOS SERVICIOS Y RECURSOS RENOVABLES

‘Dejemos que la naturaleza siga su curso’

Los recursos renovables son aquellos que se renuevan y reemplazan mediante procesos naturales en periodos razonables, sin necesidad de grandes aportes no renovables. En el lenguaje empresarial, los recursos renovables podrían considerarse como las fuentes de las rentas, mientras los no renovables serían los activos de capital. Gastar nuestros activos de capital para la vida diaria es insostenible en cualquier lenguaje. El diseño en permacultura debería proponer un mejor uso de los recursos naturales renovables para manejar, administrar y mantener los rendimientos, las cosechas; incluso si se necesita algún uso de recursos no renovables para establecer los sistemas.

La broma del tendedero visto como una secadora solar tiene gracia porque reconoce que nos han timado usando complejos e innecesarios artilugios -la secadora eléctrica- para tareas simples. Mientras cualquiera podría darse cuenta que un tendedero está kilómetros por delante en sostenibilidad comparado con el uso de la secadora eléctrica; poca gente admite que la madera es un combustible apropiado ambientalmente. Todos lo bosques generan un excedente de madera de poco valor como un subproducto de la gestión sostenible, que, cuando se seca adecuadamente (usando además el secado solar) puede usarse como una fuente local de calor para cocinar en estufas bien diseñadas. Del mismo modo que la madera no cumple todos los criterios que podríamos desear de un combustible, las hierbas medicinales pueden no proveer una farmacopea completa, pero podemos, en gran medida, tratar con éxito muchos achaques y enfermedades con preparados herbales de origen y procesado locales. Haciendo eso, podemos evitar muchos efectos secundarios adversos tanto internos como externos de la producción de fármacos centralizada, e incrementar al mismo tiempo nuestro respeto por la naturaleza, y nuestra confianza en el mantenimiento de nuestra propia salud.

Los servicios renovables (o funciones pasivas) son los que obtenemos de las plantas, los animales, el suelo vivo y el agua, sin que ellos se consuman. Por ejemplo, cuando usamos un árbol para madera estamos usando un recurso renovable, pero cuando usamos un árbol para sombra y cobijo, obtenemos beneficios del árbol vivo que no están consumiendo ni requiriendo energía. Esta simple distinción es obvia y sin embargo poderosa para rediseñar sistemas en los que muchas funciones simples se han vuelto dependientes del uso de recursos no renovables e insostenibles.

Los diseños clásicos de permacultura usan gallinas o cerdos para preparar la tierra para plantar, evitando el uso del tractor o el motocultor, así como fertilizantes y pesticidas artificiales. En esos sistemas un manejo y cercado módicos permiten un uso más sofisticado del ganado para múltiples funciones.

El diseño permacultural debe hacer el mejor uso posible de los servicios naturales de no consumo para minimizar nuestras demandas consumistas de recursos y enfatizar las posibilidades de interacción armoniosas entre los humanos y la naturaleza. No hay ejemplo más importante, derivado del uso no consumista de los servicios de la naturaleza, en la historia de la prosperidad del ser humano que la domesticación y uso del caballo y otros animales para el transporte, el cultivo del suelo y fuerza en general para una miríada de usos.

Las relaciones íntimas con los animales domésticos como el caballo también proporcionan un contexto empático para extender las preocupaciones éticas de incluir a la naturaleza. Por otro lado, en las culturas donde el ganado es aún símbolo prevaleciente de sentido y salud, los servicios renovables más fundamentales, proporcionados por las plantas y la vida del suelo, necesitan ser reconocidos, valorados y usados. Una de las aplicaciones más importantes y universales de ese principio en comunidades tanto ricas como pobres es reconocer el valor de los residuos humanos como una fuente renovable de fertilidad sin riesgo, gracias al servicio ecológico de microbios en un sanitario seco o letrina compostera.

El proverbio “dejemos a la naturaleza seguir su curso” nos recuerda otro aspecto de ese principio: que la persecución del control total sobre la naturaleza a través del uso de recursos y tecnología, no sólo es caro, sino que además puede llevar a una espiral de intervención y degradación de los sistemas y procesos biológicos, que representan un mejor balance entre productividad y diversidad.

 

Principio 6

NO PRODUCIR DESPERDICIOS

‘Evitando producir residuos, se evita generar carencia’

‘Más vale prevenir que curar’

Este principio reúne los valores tradicionales de frugalidad y atención por los bienes materiales, la moderna preocupación por la polución, y la perspectiva más radical que ve los residuos como recursos y oportunidades. La lombriz de tierra es un ícono apropiado para este principio, porque vive consumiendo desperdicios (residuos) de plantas, y los convierte en humus, que mejora el ambiente del suelo, para ella misma, para los microorganismos del suelo y para las plantas. De esta manera, tanto las lombrices de tierra, como todos los seres vivos, forman parte de la red donde los productos de unos son el alimento o materia prima de otros.

Los procesos industriales que apoyan la vida moderna pueden ser caracterizados por un modelo “aportes-productos”, en el que los aportes son las materias primas naturales y la energía, mientras los productos son usualmente bienes y servicios. No obstante, cuando se toma una visión a largo plazo de este proceso, podemos ver que todos esos bienes o cosas útiles acaban como residuos (la mayor parte en vertederos) , y que, incluso, el más etéreo de los servicios, requiere la degradación de energía y recursos a residuos. Así pues, quizás este modelo podría calificarse mejor como de “consumir/excretar”. La visión de la gente como simples consumidores y excretadores puede ser biológica, pero desde luego no es ecológica.

El proverbio “Evitando producir residuos, se evita generar carencias”, nos recuerda que es fácil producir más residuos cuando hay abundancia, pero que esos residuos pueden ser la causa de privaciones posteriores. Esto es altamente relevante en el contexto del descenso energético. Las oportunidades de reducir el desperdicio, y de hecho vivir de los residuos, no tienen precedentes en la historia. En el pasado sólo el más indigente vivía de los residuos. Hoy deberíamos reconocer y agradecer a aquéllos que reutilizan los residuos creativamente como la verdadera esencia de una vida ligera sobre la Tierra. Aparte de los residuos domésticos e industriales, la modernidad ha creado nuevas clases de residuos vivos (plagas, plantas y animales no deseados) que proliferan en nuestras mentes tanto como a través de los paisajes de las naciones opulentas.

Bill Mollison definió como contaminante “un producto de cualquier componente del sistema, que no es usado productivamente por otro componente del sistema”. (13) Esta definición nos animó a buscar modos de minimizar la polución y los residuos a través del diseño de sistemas que usaran todos los productos. En respuesta a preguntas acerca de las plagas de caracoles en jardines dominados por plantas perennes, Mollison, solía afirmar que no hay un exceso de caracoles sino un déficit de patos. De forma similar las plagas en los pastos y los bosques posibilitan la devastación por fuego de algunas regiones, mientras en otras las plagas de herbívoros los dañan por sobre pastoreo. La manera innovadora y creativa de usar estos afloramientos de abundancia es una de las características del diseño permacultural.

“Más vale prevenir que curar”, nos recuerda el valor de un oportuno mantenimiento para ahorrar tanto residuos como trabajo, relacionado con mayores esfuerzos de reparación y restauración. A pesar de ser mucho menos excitante que los modos creativos de usar la abundancia “sobrante”, el mantenimiento de lo que ya tenemos está señalado como una cuestión enorme y actual en un mundo en descenso energético. Todas las estructuras y sistemas pierden valor y todos los sistemas humanos ecológicos y sostenibles dedican recursos al oportuno mantenimiento.

 

Principio 7

DISEÑAR DESDE LOS PATRONES HACIA LOS DETALLES

‘El árbol no deja ver el bosque’

Los primeros seis principios tienden a considerar los sistemas desde la perspectiva abajo-arriba de elementos, organismos e individuos. Los seis principios siguientes tienden a enfatizar la perspectiva arriba-abajo de los modelos y relaciones que tienden a emerger mediante la autoorganización y la co-evolución de los sistemas. El parecido de los patrones observables en la naturaleza y en la sociedad no sólo nos permite dar sentido a lo que vemos, sino usar un modelo desde un contexto y una escala en el diseño de otro. El reconocimiento de patrones es un resultado de la aplicación del Principio 1: Observa e interactúa, y es el necesario precursor para el proceso de diseño.

La araña en la red, con su diseño concéntrico y radial, muestra un patrón claro aunque los detalles siempre varíen. El ícono evoca la planificación por sectores y zonas; el aspecto más conocido y quizá más ampliamente aplicado del diseño permacultural.

La modernidad ha tendido a mezclar cualquier sentido común o intuición sistémicos que puedan ordenar el revoltijo de posibilidades de diseño y de opciones que enfrentamos en cada campo. Este problema de focalizar la complejidad en detalle conduce a diseñar elefantes blancos que son enormes e impresionantes, pero que no funcionan; una fuerza devastadora que consume toda nuestra energía y recursos mientras amenaza continuamente con descontrolarse. Los sistemas complejos que funcionan tienden a evolucionar de los sistemas simples que funcionan, así que, encontrar el patrón apropiado para ese diseño es más importante que entender todos los detalles de los elementos del sistema.

La idea que inició la permacultura fue la del bosque como modelo para la agricultura. A pesar de no ser algo novedoso, su falta de aplicación y desarrollo en muchas bioregiones y culturas fue una oportunidad para aplicar uno de los modelos de ecosistema más comunes para el uso de la tierra. Aunque hay que reconocer muchas críticas y limitaciones del modelo forestal, éste es todavía un poderoso ejemplo del pensamiento por patrones, que continúa informando a la permacultura y los temas relacionados, como la jardinería forestal, la agro-selvicultura y la ciencia forestal análoga.

El empleo de las zonas de intensidad de uso alrededor de un centro de actividad -como la vivienda-, para ayudar a colocar los elementos y subsistemas, es un ejemplo del trabajo desde los modelos a los detalles. De modo similar los factores ambientales como el sol, el viento, las inundaciones y el fuego pueden ordenarse en sectores alrededor del mismo punto focal. Estos sectores tienen un carácter tanto bioregional como específico del sitio, que el diseñador de permacultura lleva en su cabeza para dar sentido al lugar y ayudar a organizar los elementos apropiados del diseño en un sistema factible y funcional.

El uso de zanjas en curva de nivel y otros movimientos de tierra para distribuir y dirigir el agua de lluvia deben basarse en los principales modelos naturales. A su vez, esos movimientos de tierra crearán, entonces, zonas de humedad productiva que delimitarán los sistemas de plantación y gestión.

Aunque los usos tradicionales de la tierra nos proporcionan muchos modelos de diseño de sistemas completos, la gente inmersa en las culturas locales a menudo necesita una nueva experiencia que les permita ver su paisaje y su comunidad de maneras nuevas. En algunos de los proyectos pioneros de ecología aplicada en Australia en los ‘80, las vistas aéreas al sobrevolar sus granjas les dio a los propietarios la visión y la motivación para empezar serios trabajos con el fin de contrarrestar el deterioro de los árboles y los problemas asociados de degradación del suelo. Desde el aire, los patrones de la propiedad de la tierra eran menos visibles, mientras destacaban los patrones de captación de aguas de la naturaleza. Del mismo modo, el contexto social y comunitario más amplio, más que los factores técnicos, pueden a menudo determinar el éxito de una solución. Existe una larga lista de proyectos desarrollados fuera de Australia, que han fallado debido a la ignorancia de esos factores de gran escala.

El proverbio “El árbol no deja ver el bosque”, nos recuerda que los detalles tienden a distraer nuestra conciencia de la naturaleza del sistema; cuanto más nos acercamos, menos capaces somos de comprender una la imagen mayor.

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